miércoles, 9 de diciembre de 2009

La regla de platino

Y tras cuarenta días y cuarenta noches en el monte Sinaí, Moises bajó con dos tablas de piedra en las que Dios había escrito las diez leyes que el hombre siempre debía cumplir. Eran los diez mandamientos. Un decálogo que podría resumirse en dos normas: amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Pero los que al gran hombre se le olvidó decir -¡uy, que despistado!- es que antes incluso que esas leyes había otra. Una más importante. Una que debería ser recordada por todos en todo momento: la regla de platino.
El que está arriba dice que amemos al prójimo y estoy de acuerdo, pero no quieras demasiado a los que son muy cercanos. O para mentes más simples: no te enrolles con amigos o gente que tienes que ver todos los días.
Y algunos pensarán que es una tontería, que esta regla no se puede aplicar a ellos. Tontos. Esta no es una simple norma, es una advertencia. Y si no lo creéis, desobedecedla y veréis.
Para los que sigáis interesados os diré que esta regla siempre sigue los ocho mismos pasos:

1.- ATRACCIÓN: El roce hace el cariño, o sino que se lo digan a Clinton. Una persona soltera necesita amor, estima, mimos y apoyo. Esta falta de afección te puede llevar a acercarte a personas de tu entorno laboral o social y, en ocasiones, a entablar algún tipo de relación semiafectiva con estas. Tus amigos te advierten que es mala idea, pero tú crees que esta vez sea diferente. Que eso que suele suceder no te va a pasar a ti.

2.- NEGOCIACIÓN: Sin saber por qué, empiezas a hablar demasiado con la otra persona. Poco a poco tonteas y cuando quieres darte cuenta estás pensando en él/ella con demasiada frecuencia. ¡Cuidado! Esto quieres decir que estás en la zona de peligro.

3.- SUMISIÓN: Es el momento clave en el que no cumplimos con la regla de platino. Caemos en los brazos de la persona en cuestión y la empezamos a cagar.

4.- VENTAJAS: Al principio, solo se ve las partes buenas: "es la camarera del bar al que voy todos los días, las copas serán gratis"; "es mi amiga y nos conocemos muy bien, así que todo irá genial"; "tenemos una relación a distancia, pero me viene bien porque así tengo más libertad...". Nos decimos "marcha bien", pero no es verdad...

5.- INFLEXIÓN: Uno de los dos quiere más de lo que el otro está dispuesto a dar. Ya estamos jodidos.

6.- PURGATORIO: Por fin te das cuenta de que has cometido un gran error y ahora tienes que vivir con ello. Estás a punto de buscarte una situación incómoda con una persona a la que tienes que seguir viendo a diario.

7.- CONFRONTACIÓN: Es el momento “tenemos que hablar”. En cualquier otro tipo de relación, este sería el último paso, pero tu relación no es como las demás. Al ver a esa persona a menudo, estás obligado a pasar por un último paso:

8.- EXPLOSIÓN: Tu relación con esa persona nunca será la misma. Vuestro trato tornará tenso y frío, consistente en conversaciones cortas y faltas de contenido. Y un día, la inevitable pelea tendrá lugar. Verás a la persona en cuestión en algún lugar común para ambos y el/la que quería tener algo más, estallará. Y tendrá lugar una gran discusión. Ese será el final de vuestra relación laboral/familiar/social/vecinal que, en ningún momento, debía de haber ido más lejos.

Por eso, si no te quieres ver en esa situación, nunca infrinjas esta regla. Es por tu bien.

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