martes, 26 de enero de 2010

La eterna pregunta

La eterna pregunta. Esa que cuando nos la formulan, los tíos nos ponemos a temblar por el intenso dilema al que nos somete. La pregunta que no queremos hacernos ninguno.
¿Rubias o morenas?
¡NO! ¿¡Por qué hay que elegir!? ¿¡Por qué te tienen que gustar unas más que otras!? ¿Y qué pasa con las teñidas, donde las deja a ellas?
Ningún tío quiere elegir. Nadie se quiere posicionar. Pero la cruda realidad es que debemos hacerlo, por costoso que sea. No puede tocarte el euromillón y la primitiva. ¿Por qué? Sencillamente no se puede. ¿O qué? ¿Vas a ser tú más afortunado que el resto de los mortales? De eso nada. Por eso hay que elegir. ¿Qué prefieres? ¿Las rubias? ¿Esas cabecitas de cabellos como el sol, donde lo más inteligente que la ha habitado es el Herbel Essences y que fácilmente puedes convencerlas para hacer lo que sea? ¿O las morenas? ¿Mandonas, listillas pero que hacen bueno el dicho de “dama en la calle y...”?
Para aquellos que aún tengáis dudas, este video nada machista quizás os eche una mano (¿he tenido que terminar forzosamente esta frase con la palabra mano? La respuesta es no, mal pensados. Pero igualmente habrá alguno que otro que aprovechará la ocasión).




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