miércoles, 13 de enero de 2010

Las charlas de sexo, la mujer y otras reflexiones acerca del meter

Kids, como sabéis existen varios imperativos en el mundo, uno de ellos, uno de los más claros, es el que os expongo a continuación.
Hace tiempo vuestro tío Chema y yo dimos con el test de embarazos de los ligoteos. ¿Que qué es eso? Muy sencillo, la charla de sexo.
Si en una noche de botellón, entiéndase discoteca –gracias ZP-, empiezas hablar abiertamente acerca de sexo explícito y una de las chicas de tu pandilla o alrededores se une a la conversación y debate o aporta sus experiencias, eso solo quiere decir una cosa: quiere tema.
Y esto es sí o sí. Y todas las que digan que no, mienten (como todas las tías solteras que dicen que no se masturban, ¿en serio creéis que alguien se lo traga?).
Las chicas son cazadoras por naturaleza, pero lo peor es que saben que son buenas. Cómo ya he explicado anteriormente, tú te presentas y ellas eligen. ¿Puedes hacerlas cambiar de opinión? Por supuesto, pero ellas siguen siendo las diosas que tienen en sus manos el destino de tu miembro. Y nunca mejor dicho.
Una chica, ser superior o no, analiza a su presa y decide comer o no comer esa noche. Como le haya gustado mucho el menú, va a repetir. Y mucho. Y aparte del peligro que eso ya implica, te expondrás a otro más, y es que no lo verás venir. Ellas lo camuflan todo. Te hacen creer que les encantan las videoconsolas, el fútbol y el sexo mañanero. Cuando creas que es la mujer de tu vida, ¡ZAS!, te quitan todo y te cambian a su manera. Porque eso es lo que les enseñan desde pequeñitas. ¿Por qué crees si no que hay tantos vestidos para el Kent de la Barbie? Si, amigos míos, Matel está con ellas.
Para combatir esa amenaza existen dos cosas: este blog y el Jack Daniels. O sabes combatir contra ellas o emborráchate hasta perder el conocimiento.
Y la mejor manera de luchar, aunque parezca una aberración, es darles la razón. Regálale lo que tu pareja o la pava a quién te quieras tirar quiera oír. “Damián es un auténtico gilipollas. Mira que ir a un partido de fútbol en vez de a una clase de yoga contigo”. Busca el punto vulnerable y hazte su dueño. Lo demás será pan comido.
Así que enumeremos. Primero, si una chica se pone a hablarte de sexo claro y sin tapujos, tío, estás de suerte. Y dos, ellas no viven, entrenan desde su infancia para controlarte. Ten cuidado.
Y si una alguna chica se siente un tanto ofendida con este post (bardas, porcentajes, novias o ex-novias,...), le reto a que ella misma lo compruebe. Y no que haga examen de conciencia, eso no me vale. Quiero algo mucho mayor. Desde aquí las reto.
Coged vuestro móvil y elegid a cualquier chico hetero. Llamadle y decidle simplemente que queréis tener sexo con él. Así, sin más. Me juego el cuello a que ninguno os dirá que no. NINGUNO.
Si lo hacemos al contrario, lo más probable es que la poli nos haga una visita en pocos minutos dándonos un bonito papelito para que estemos bien lejos de la persona a la que acabamos de llamar.
Vosotras sois las putas cazadoras. Las amas. Las diosas. Pero hasta Superman tenía su kryptonita. La vuestra soy yo.

Muajajajajajajajajajajajaja...

1 comentario:

  1. Yo hablo de sexo con quien se tercie y no por eso me los quiero follar a todos. Ser abierta de mente no es sinónimo de ser abierta de piernas, Sr.X.

    A pesar de todo, felicidades por el blog ;)

    ciber-besets

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