jueves, 14 de mayo de 2009

Hoy un dios ha venido a mí

Ahora a mis tantos y muchos años he descubierto que soy una persona religiosa. Creo en un código ético, cumplo normas morales, sigo un conjunto de dogmas y vivo con la ilusión y prácticas relativas a una divinidad. Y eso, para mi, es creer en algo. Pero no soy budista, taoísta, católico o musulmán, ni mucho menos. Mi dios, la persona que de manera desinteresada e inconsciente hace que crea en ella, es alguien mucho más cercano y humano. Hoy he descubierto que soy florentinísta.
Y es que el nuevo presidente del Real Madrid inspira ese sentimiento de cooperación, complicidad y respeto. Empuja a luchar por un objetivo común en el que todos nos sentimos parte y partícipes. Es un líder nato ambicioso, educado, inteligente e inspirador. Y eso es exactamente lo que debe ser un presidente de una institución tan importante a nivel social y deportivo como es el mejor club del mundo.
Él sabe que se equivocó al irse. Sabe que sus decisiones anteriores no fueron las más acertadas. Pero sabe que el Madrid sería un barco sin rumbo sin un capitán que esté a la altura de las circunstancias. Y él es quién debe tomar el mando. Y no porque lo diga yo o él mismo, si no porque todos los socios y madridistas nos acordamos inevitablemente de él en estos tiempos. Y ese pensamiento común quiere decir algo. Quiere decir fe en alguien.
Solo espero que otros mesías de poca monta no se atrevan a ensuciar la imagen de este Obama blanco. Todos, si somos autocríticos y ponemos al club por encima de todo, sabemos que Florentino Pérez es el elegido.
Hoy me he levantado esperanzado. Hoy me he dado cuenta de que soy florentinísta
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